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sábado, 29 de mayo de 2010

Poetas Epicos ( Biografias y Obras )


1. ANACREONTE.
Anacreonte nació en 572 a.C., en Teos, Asia Menor (actualmente Sigacik, Turquía) y murió en 488 a. C. Poeta lírico griego. Pasó la mayor parte de su vida en Samos, Atenas, y Tesalia. Anacreonte se hizo conocido por sus sátiras y poemas breves, que han proporcionado el nombre de "anacreónticas" a los tipos similares de poesía. Sólo se han conservado unos pocos fragmentos de su obra. En general se trata de canciones ligeras de amor y vino, notables por su simplicidad y claridad de expresión.

2. APOLONIO DE RODAS.

Nació en 295 a.C. en Alejandría (Egipto) y murió en 230 a.C. A diferencia de su maestro, Calímaco, que prefirió el poema breve de estilo artificial y culto, Apolonio escribió poemas extensos en el estilo directo de Homero. Su obra épica, el poema Las argonáuticas, basado en la leyenda de los Argonautas, es la obra más significativa de Apolonio y la única existente, y constituyó una importante fuente de inspiración para Virgilio cuando escribió la Eneida. Además de esta obra escribió poemas sobre el origen de algunas ciudades, la mayoría de los cuales no se han conservado.

3. ESQUILO
Esquilo (525-456 a.C.), dramaturgo griego nacido en Eleusis, cerca de Atenas, fue el primero de los grandes trágicos de esta ciudad. En cuanto predecesor de Sófocles y de Eurípides, es el fundador de la tragedia griega.

Combatió contra los persas en Maratón, el 490 a.C., en Salamina, el 480 a.C., y posiblemente, en Platea, el año siguiente. Hizo al menos dos viajes, puede que tres, a Sicilia, y allí murió, en Gela, durante su última visita. Posteriormente se erigiría en este lugar un monumento en memoria suya.
Se ha dicho que Esquilo escribió unas noventa obras. Sus tragedias, representadas por primera vez el 500 a.C., se ofrecían como trilogías, o grupos de tres, unidas habitualmente por un asunto común, y cada trilogía venía seguida por un drama satírico (una comedia vulgar en la que intervenía un héroe mitológico, con un coro de sátiros). Se conocen los títulos de 79 de sus obras teatrales, pero sólo han sobrevivido siete. La más antigua Las suplicantes, un drama con poca acción pero con muchas canciones corales de gran belleza; se cree que es la primera obra de una trilogía sobre el matrimonio de las cincuenta hijas de Dánao, que incluía las obras Los egipcios y Las danaides. Los persas, presentada el 472 a.C., es una tragedia histórica sobre la batalla de Salamina, y la acción tiene lugar en Persia, en la corte de la madre del rey Jerjes I.

Los siete contra Tebas, presentada el 467 a.C., se basa en una leyenda tebana: el conflicto entre los dos hijos de Edipo, Eteocles, y Polinices, por el trono de Tebas. Se cree que es la tercera obra de una trilogía, y que las dos primeras son Layo y Edipo. Prometeo encadenado, una obra de fecha incierta, retrata el castigo del rebelde Prometeo por parte de Zeus. Probablemente sea la primera obra de una trilogía prometeica, cuyas otras dos serían Prometeo desencadenado y Prometeo el que trae el anillo.

Las tres obras restantes, Agamenón, Las coeforas y Las euménides (Las furias), presentadas el 458 a.C., forman la trilogía conocida como la Orestiada, o historia de Orestes. En Agamenón, una de las más grandes obras de la literatura dramática, el rey Agamenón regresa al hogar desde Troya y es asesinado a traición por su infiel esposa Clitemnestra. En la segunda obra, Orestes, hijo de Agamenón, regresa a Argos y venga la muerte de su padre asesinando a su madre y a su amante Egisto. Este matricidio es castigado por las vengadoras divinidades, las erinias. En Las euménides, las erinias persiguen a Orestes hasta que éste queda limpio de su sangre culpable y le declara inocente el antiguo tribunal del Areópago gracias a la intercesión de Atenea, diosa de la sabiduría.
Al introducir un segundo actor en la obra, Esquilo creó el diálogo dramático. También desarrolló la representación del drama, al introducir el vestuario y los decorados. Los argumentos de sus obras son profundos, referidos al mito, la religión y la pasión, y encuentran expresión en un lenguaje muy poético. La Orestiada, probablemente su obra más madura, proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad y de su creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede alcanzar la sabiduría a través del sufrimiento.


4. EURÍPIDES.

Eurípides (c. 480-406 a.C.), dramaturgo griego, el tercero junto con Esquilo y Sófocles de los tres grandes poetas trágicos de Ática. Su obra, enormemente popular en su época, ejerció una influencia notable en el teatro romano. Posteriormente su influencia se advierte en el teatro del renacimiento como en los dramaturgos franceses Pierre Corneille y Jean Baptiste Racine. Según la tradición, Eurípides nació en Salamina, un 23 de septiembre probablemente del año 480 a.C., el día de la gran batalla naval entre los griegos y los persas. Sus padres, según afirman ciertos expertos, pertenecían a la nobleza; en opinión de otros, sin embargo, eran de origen humilde. Su hijo, en cualquier caso, recibió una esmerada educación. Las obras de Eurípides comenzaron a representarse en los festivales dramáticos de Ática durante el año 454 a.C., pero hasta el año 442 a.C. el autor no obtuvo el primer premio. Esta distinción, pese a su prolífico talento, no recayó sobre él más que en cuatro ocasiones. Además de sus escritos se interesó muy especialmente por la filosofía y la ciencia.

Si bien Eurípides no se identificó personalmente con una determinada escuela filosófica, recibió la influencia de los sofistas y de filósofos como Protágoras, Anaxágoras y Sócrates. Fue un hombre austero, y se consideraba incomprendido por sus contemporáneos, conclusión que, por lo demás, no carece de fundamento, pues fue frecuentemente objeto de ataques por parte de los escritores atenienses de comedia: Aristófanes lanzó contra él una sátira en Las ranas (405 a.C.). Las obras de Eurípides eran criticadas por su carácter anti convencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y religiosos tradicionales. A pesar de todo, sus obras se hicieron famosas en toda Grecia. Al final de su vida abandonó Atenas y se instaló en Macedonia.


a) Una nueva conciencia:
A diferencia de Esquilo y Sófocles, Eurípides representaba los nuevos movimientos morales, sociales y políticos surgidos en Atenas hacia finales del siglo V a.C. Fue éste un periodo enormemente fructífero en el plano intelectual, durante el cual el conocimiento era considerado como el mayor de los logros terrenales. Anaxágoras acababa de demostrar que el aire era un elemento y que el Sol no era una divinidad, sino pura materia. Se establecían nuevas verdades en todos los campos del saber y Eurípides, sumamente receptivo a todas ellas, introdujo una nueva conciencia en la tragedia. Se interesó ante todo por el pensamiento y las experiencias del ser humano ordinario, más que por las figuras legendarias del pasado heroico.
Si bien bebió en las fuentes de la mitología antigua, Eurípides trataba a sus personajes de un modo realista: ya no eran símbolos idealizados y ajenos a la vida normal, sino que se comportaban como sus contemporáneos atenienses. Eurípides compartió el escepticismo intelectual de su época y arremetió en sus obras contra los dogmas morales y religiosos del pasado, que aún gozaban de cierto crédito entre el pueblo llano. Su actitud y su estado de ánimo se movían entre ambos extremos, a veces incluso dentro de una misma obra. Era capaz de demostrar la corrupción y la debilidad humana con amargura y hondo realismo, y al mismo tiempo de reflejar en sus obras un profundo respeto por el heroísmo humano, la dignidad y la pasión. Eurípides asignó un lugar destacado en su obra a los personajes femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del crimen o la virtud.


b) Estructura dramática:
La estructura de las obras de Eurípides se ha tachado a menudo de imperfecta por el uso del coro como un elemento independiente de la acción, y por el hecho de que sus obras se basan con frecuencia en brillantes episodios inconexos, que no constituyen una unidad coherente para el desarrollo gradual de la trama. Sin embargo, en obras como Medea (431 a.C.), la trama se desarrolla sin obstáculos hasta alcanzar su clímax devastador. También se le ha criticado el uso de un prólogo explicativo en el que pone en conocimiento de los espectadores sucesos anteriores al comienzo de la obra y a menudo esboza también los acontecimientos futuros. Aristófanes lo ridiculizó por el uso mecánico y exagerado de este recurso, normalmente cargado de largas historias acerca de los personajes dramáticos. Otros de sus recursos eran el deus ex machina, o introducción inesperada de un dios para facilitar o provocar el desenlace, y la alteración de las leyendas en función de las necesidades de la trama.

c) Argumentos
Eurípides extrajo sus tramas de las mismas fuentes que los demás dramaturgos griegos. Los mitos y leyendas griegos llamaron poderosamente su atención, en particular las aventuras de héroes atenienses como Teseo. También buscó nuevos temas de inspiración, inclinándose de manera especial por aquéllos que sugerían emociones violentas y actos románticos. Tales fueron las historias de los héroes Belerofonte y Faetón, que Eurípides fue el primero en tratar dramáticamente. En Las bacantes también se pone de manifiesto el aspecto liberador de la religión dionisíaca, y los peligros que entraña la pérdida del control y la razón: presas de un frenesí báquico, Agave y las mujeres de Tebas descuartizan a Penteo, sin que Agave sea consciente de que la víctima es en realidad su propio hijo.

d) Dramas conservados:
De las numerosas obras atribuidas a Eurípides se conservan diecisiete tragedias y un drama satírico, Los cíclopes. Entre las tragedias de fecha conocida figuran Alcestes (438 a.C.), Medea (431 a.C.), Hipólito (428 a.C.), Las troyanas (415 a.C.), Helena (412 a.C.), Orestes (408 a.C.), Ifigenia en Áulide y Las bacantes (ambas representadas póstumamente en el 405 a.C.). Entre las obras de fecha incierta destacan Andrómaca, Hércules, Hécuba, Los suplicantes, Electra, Hércules loco, Ifigenia entre los tauros, Ión y Las fenicias.

5. HESÍODO.
Hesíodo (siglo VIII a.C.), poeta griego que ocupa un lugar de excepción en la literatura griega, tanto por sus preceptos morales como por su estilo coloquial.

Hesíodo nació en Ascra, Beocia (hoy Palaioppanagia). Tras la muerte de su padre se estableció en Naupaktos. Allí pasó su juventud, cuidando de un rebaño de ovejas y realizando las tareas propias de un campesino. Se sabe muy poco acerca de su vida, salvo lo que el propio autor deja entrever en su obra. Los especialistas modernos lo sitúan en el periodo homérico de la literatura griega. Su primera obra, Los trabajos y los días, es el primer ejemplo de poesía didáctica, destinada a instruir más que a entretener. Esta obra relata las experiencias de Hesíodo durante su época de campesino, y está salpicada de episodios alegóricos y fábulas. En un estilo sencillo y moralizante, Hesíodo subraya la importancia del trabajo y la rectitud. Ofrece consejos prácticos sobre cómo vivir, al tiempo que proporciona recetas y normas agrícolas, e incluye un calendario religioso con los días favorables y desfavorables para ciertas tareas del campo. El tema principal de la obra es la decadencia moral. Hesíodo relata la historia del mundo en cinco etapas, desde la edad de oro hasta la edad del hierro, que él considera dominada por el mal.

También se atribuye a Hesíodo la autoría de la Teogonía, o nacimiento de los dioses, un poema en el que el amplio y amorfo corpus de los mitos griegos queda sistematizado y ampliado hasta incluir nuevas divinidades desconocidas en los poemas homéricos. La Teogonía narra la creación del mundo a partir del caos, el nacimiento de los dioses y sus hazañas. La última parte contiene una lista de las hijas de Zeus, padre de los dioses, así como de mujeres mortales. Esta lista es la introducción a un poema perdido, Catálogo de las mujeres, que narra las hazañas de los héroes nacidos de mujeres mortales. De su obra restante no quedan más que títulos y fragmentos, muchos de los cuales se atribuyen por los expertos a imitadores de Hesíodo, y que hoy se conoce como la escuela hesiódica. En este grupo se incluyen el poema didáctico ÎConsejos de Quirónâ; el poema genealógico ÎGrandes erasâ; y los poemas míticos ÎBoda de Ceixâ y ÎDescenso de Teseo a los infiernosâ.

6. HOMERO.

Homero, nombre tradicionalmente asignado al famoso autor de la Ilíada y la Odisea, las dos grandes epopeyas de la antigüedad griega. Nada se sabe de su persona (algunos creen que fue un bardo ciego de Quíos, una isla griega), y de hecho algunos ponen en duda que sean de él estas dos obras. Sin embargo, los datos lingüísticos e históricos de que se dispone, permiten suponer que los poemas fueron escritos en los asentamientos griegos de la costa oeste de Asia Menor, hacia el siglo IX a.C.


c) La Ilíada:
Las dos epopeyas narran hechos legendarios que supuestamente ocurrieron muchos siglos antes de la época en que fueron escritas. La Ilíada se sitúa en el último año de la guerra de Troya, que constituye el telón de fondo de su trama. Narra la historia de la cólera del héroe griego Aquiles. Insultado por su comandante en jefe, Agamenón, el joven guerrero Aquiles se retira de la batalla, abandonando a su suerte a sus compatriotas griegos, que sufren terribles derrotas a manos de los troyanos. Aquiles rechaza todos los intentos de reconciliación por parte de los griegos, aunque finalmente cede en cierto modo al permitir a su compañero Patroclo ponerse a la cabeza de sus tropas. Patroclo muere en el combate, y Aquiles, presa de furia y rencor, dirige su odio hacia los troyanos, a cuyo líder, Héctor (hijo del rey Príamo), derrota en combate singular. El poema concluye cuando Aquiles entrega el cadáver de Héctor a Príamo, para que éste lo entierre, reconociendo así cierta afinidad con el rey troyano, puesto que ambos deben enfrentarse a la tragedia de la muerte y el luto.


b) La Odisea:
La Odisea narra el regreso del héroe griego Odiseo (Ulises en la tradición latina) de la guerra de Troya. En las escenas iniciales se relata el desorden en que ha quedado sumida la casa de Odiseo tras su larga ausencia. Un grupo de pretendientes de su esposa Penélope está acabando con sus propiedades. A continuación, la historia se centra en el propio héroe. El relato abarca sus diez años de viajes, en el curso de los cuales se enfrenta a diversos peligros, como el cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan sutiles como la que representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad si renuncia a volver a casa. La segunda mitad del poema comienza con la llegada de Odiseo a su isla natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una paciencia infinita, pone a prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a efecto una sangrienta venganza contra los pretendientes de Penélope, y se reúne de nuevo con su hijo, su esposa y su anciano padre.


Épica:
Estas dos epopeyas están escritas en un verso formal y elevado, en un lenguaje jamás empleado en la lengua normal; su métrica es el hexámetro dactílico. Es imposible establecer una distinción entre estas dos obras en el aspecto estilístico. Sin embargo, resulta fácil comprender por qué, desde la antigüedad, muchos lectores las han atribuido a dos autores diferentes. La Ilíada habla de las pasiones y plantea dilemas imposibles de resolver. No hay en ella auténticos villanos; Aquiles, Agamenón, Príamo y los demás personajes son víctimas de un universo trágico y cruel. En La Odisea, por el contrario, el mal es derrotado, triunfa la justicia y la familia, tristemente separada, se reúne de nuevo. La astucia racional, particularmente la de Odiseo, actúa como fuerza motriz a través de todo el relato.


Influencia:
Homero es, de manera directa, el padre de toda la literatura griega posterior: el teatro, la historiografía e incluso la filosofía, llevan la huella de los temas, cómicos y trágicos, planteados en estas epopeyas, así como de las técnicas homéricas. Para los últimos poetas épicos de la literatura occidental Homero ha sido siempre el maestro indiscutible (aun cuando, como en el caso de Dante, no conocieran sus obras directamente). Pero curiosamente, para sus más notables seguidores, la obra de Homero fue tanto modelo como objetivo. Así por ejemplo, La Eneida de Virgilio viene a refutar el sistema individualista de valores de la épica homérica; y en las escenas más homéricas de El paraíso perdido, del poeta inglés John Milton, las estrofas que describen la batalla en el cielo, son esencialmente cómicas. En lo que respecta a la novela, Don Quijote de La Mancha (1605), de Miguel de Cervantes, o Ulises (1922) del irlandés James Joyce, cuanto más homéricas son más tienden a la parodia y la burla de la épica. Lo cierto es que desde los tiempos de Homero, ningún autor ha logrado reunir su genio épico y su erudición.


7. OVIDIO.

Ovidio (43 a.C.-c. 17 d.C.), poeta romano cuyo talento narrativo, ingenuidad, inteligencia y alegría le han asegurado una enorme popularidad desde su época hasta la actualidad.


Vida:
Nació en Sulmona, cerca de Roma. Educado para seguir una carrera política, destacó notablemente en el arte de la retórica, pero su genio era esencialmente poético y dedicó la mayor parte de su tiempo y energía a escribir poesía. Tras heredar la propiedad de su padre, Ovidio se trasladó a Atenas para completar su educación. Posteriormente viajó por Asia y visitó Sicilia. A la edad de treinta años, Ovidio se había casado tres veces y divorciado dos. Se le atribuyen numerosas amantes. Los detalles de sus romances se relatan en Amores, una serie de poemas que hablan de las diversas fases por las que pasaron sus relaciones con una mujer llamada Corina (que probablemente encarna la síntesis de varias figuras femeninas). Su vida privada fue la de un hombre de letras libre de preocupaciones, adinerado y en cierto modo libertino. En Roma, donde residió hasta cumplir los cincuenta años, se relacionó con la sociedad más distinguida de la ciudad, incluido el propio Emperador Augusto. Sin embargo, en el año 8 d.C. Ovidio fue desterrado a Tomis (hoy Constanza, Rumania). Según el propio Ovidio, uno de los motivos de su destierro fue la publicación del Arte Amatoria, un poema sobre las artes amatorias demasiado exaltado para el gusto del emperador, que se proponía emprender diversas reformas morales. Pero probablemente esto no fue más que un pretexto, puesto que el poema llevaba ya diez años en circulación. Otra de las razones, nunca revelada por Ovidio, pudo haber sido su conocimiento del escándalo en el que estaba involucrada la hija del emperador, Julia. Pese a todo, Ovidio no perdió su ciudadanía y nunca abandonó la esperanza de ser repatriado, como manifiesta en los numerosos poemas que escribió para sus amigos durante su exilio en Tomis; pero tanto sus expectativas como las de sus amigos resultaron vanas. Ovidio murió en Tomis, tras ser nombrado ciudadano de honor de esta localidad.


b) Obras de juventud:
La poesía de Ovidio puede dividirse en sus obras de juventud, sus obras de madurez, y el periodo del exilio en Tomis. Durante su primera época, Ovidio continuó la tradición elegíaca de los poetas Sexto Propercio y Albio Tibulo, a quienes conoció personalmente y admiró. Los Amores son poemas eróticos centrados en el romance con una mujer llamada Corina, que contienen escasos sentimientos auténticos y se caracterizan por su ingenio y su deliberada artificiosidad.
También compuso poemas didácticos, entre los que cabe destacar Medicamina faciei, Femineae, un fragmento sobre Cosmética, y una retractación en tono burlesco del Arte Amatoria, Remedios de amor. Medea, una tragedia muy alabada por los críticos antiguos, se ha perdido casi por completo, y sólo se conservan unas líneas. El interés de Ovidio por la mitología se refleja en sus Heroidas o Epistuale Heroidum, veintiuna cartas de amor ficticias, dirigidas por heroínas mitológicas a sus amantes.


c) Obras de madurez:
Durante esta época Ovidio escribió las Metamorfosis, un largo poema en quince volúmenes que recoge diversas historias y leyendas mitológicas sobre el tema de la metamorfosis o transformación. El poema comienza con la primera gran metamorfosis, la creación del universo, y concluye con la muerte y la deificación de Julio César. Muchas de las historias muestran la relación entre los mortales y los dioses, las consecuencias de la obediencia o la desobediencia, y su posterior recompensa o castigo en una transformación final. Es en esta obra donde los temas presentes en la poesía anterior de Ovidio, el amor y el erotismo, se abordan con mayor profundidad, en un intento de explorar las diversas emociones humanas, y donde el talento narrativo y descriptivo del autor brilla con más fuerza que nunca. El libro se ha convertido casi en un manual de mitología griega. La otra gran obra de este periodo intermedio es los Fastos, un calendario poético que describe las diversas fiestas romanas y las leyendas relacionadas con cada una de ellas. De los doce libros que configuraban el proyecto original, uno por cada mes del año, sólo se conservan los seis primeros.


d) Obras del exilio:
Las obras compuestas durante el exilio están impregnadas de intimismo y melancolía. Entre éstas destacan los Tristes, cinco libros de elegías que relatan su infeliz existencia en Tomis y apelan a la clemencia de Augusto; las Pónticas, cartas poéticas de tono similar a las anteriores; el poema breve Ibis, que contiene una serie de maldiciones para destruir a un enemigo personal, y Haliéutica, un poema del que sólo se conservan algunos fragmentos. La nuez y Consuelo a Livia, se consideran no escritas por el autor. A excepción de las Metamorfosis y Haliéutica, ambas escritas en hexámetro dactílico, toda su poesía está compuesta en pareados elegíacos, un tipo de verso que alcanzó con Ovidio la máxima perfección formal.

8. PÍNDARO.
Píndaro (518-438 a.C.), poeta griego, generalmente considerado como el mayor poeta lírico de la literatura griega.

a) Vida:
Píndaro nació en el año 518 a.C., en Cinoscefalae, cerca de Tebas, en el seno de una familia aristocrática conocida como los ageidas. Sus amplios conocimientos geográficos, su tono aristocrático y su espíritu panhelénico pueden atribuirse, al menos en parte, a la influencia de su familia en toda Grecia.

Al parecer estudió con la poetisa de Boecia, Corinna, y fue derrotado por ella en un concurso poético. Corinna le aconsejó entonces "sembrar con la mano, y no con todo el saco", en alusión al uso excesivo del ornamento mitológico en la obra temprana de Píndaro. En años posteriores, Píndaro viajó por todo el mundo griego, y su fama nacional le hizo merecedor de numerosos encargos. Pasó dos años en Sicilia, invitado por Hierón I, rey de Siracusa, y compuso epinicios (extravagantes cantos de alabanza) para Hierón y otros reyes, así como para las más nobles familias griegas.

Ningún otro poeta griego supo expresar como él la unidad espiritual preservada por la religión y la lengua común, y por la tradición recuperada de los juegos olímpicos panhelénicos. Tan grande fue la fama de Píndaro que cuando Alejandro Magno saqueó Tebas, en el año 335 a.C., dejó intacta su casa.

b) Obra:
Píndaro representa la culminación de la lírica coral griega, compuesta para ser cantada, con acompañamiento musical, por coros de jóvenes, en oposición a la lírica personal, cantada o recitada por una sola voz. Píndaro compuso para los dioses himnos, ditirambos, odas, canciones, cantos fúnebres y elogios, pero de toda esta producción no quedan más que unos cuantos fragmentos. Su obra conocida abarca al parecer sólo una cuarta parte del total de su producción, y está formada por cuarenta y cuatro epinicios u odas triunfales en honor de los vencedores de los cuatro grandes juegos nacionales: olímpicos, pitios, itsmios y nemeos. Su estructura es bastante compleja y contienen una importante carga moral, así como un profundo sentido religioso, que siempre fue uno de los rasgos más notables de la lírica coral griega.

El procedimiento habitual de Píndaro para alabar a los vencedores de los juegos consistía en insertar en la parte central del poema un mito que expresaba el estado de ánimo general en esa ocasión o relacionaba al héroe victorioso con el pasado mítico. En Píndaro se observa un tratamiento de los mitos griegos distinto al de los poetas épicos y más próximo al de la tragedia atica. Del mismo modo, introduce en sus odas numerosas reflexiones de carácter religioso y moral, y proclama la inmortalidad del alma y la existencia del juicio futuro.

9. SAFO
Nació en Lesbos, probablemente en Mitilene en 650 a.C y murió en 580 a.C., aunque no son datos seguros. Era una poeta lírica griega cuya fama hizo que Platón se refiriera a ella dos siglos después de su muerte como la décima musa. Aunque no se sabe mucho acerca de su vida, perteneció al parecer a una familia noble y fue contemporánea del poeta lírico Alceo, de quien se supone fue su amante, y de Stesichorus. También se dice que se casó con un hombre rico de la isla de Andros y que tuvo una hija llamada Cleis. Otra leyenda, que no merece credibilidad alguna, sostiene que, tras ser rechazada por el joven marino Faón, se arrojó desde un acantilado en Léucade (una isla de la costa occidental de Grecia). En sus poemas de última época se describe a sí misma como una anciana que goza de una vida tranquila, pobre, en armonía con la naturaleza.

Intervino en las luchas políticas de Lesbos, atacando con sus versos al tirano Pítaco y a los demócratas de su partido; según la Crónica de Paros, desterrada marchó a Sicilia en 593 a.C. Al regresar a su patria fundó una escuela literaria, en la que se enseñaba también gimnasia, música y danza; las mejores familias educaron allí a sus hijas. Los cómicos de los siglos V y IV son responsables de la leyenda que atribuye a Safo prácticas homosexuales.

Los fragmentos que hoy conservamos de sus poemas indican que Safo enseñó su arte a un grupo de mujeres jóvenes, con las que mantuvo una estrecha relación y para las que compuso sus odas nupciales cuando la abandonaron para casarse. El poeta Anacreonte (mediados del siglo VI a.C., es decir, una generación posterior a Safo), afirmaba, en referencia a este grupo, que Safo sentía un amor sexual por las mujeres; de ahí proceden los términos lesbianismo y safismo, que aluden a la homosexualidad femenina.

Safo escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos, pero apenas se conservan algunos fragmentos de todos ellos. Entre estos destaca la Oda a Afrodita, citada por el erudito Dionisio de Halicarnaso en el siglo I a.C. En el siglo XX se descubrió un papiro con nuevos fragmentos de sus poemas.

Su poesía gozó de gran predicamento en la antigüedad: la citaron más de cien autores, en particular Teócrito; en la época alejandrina proliferaron las ediciones, estudios y comentarios de sus poesías; sus versos, recitados en público, fueron imitados y traducidos por Catulo, Horacio y Ovidio. La poesía de Safo se caracteriza por la exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción. Compuso nueve libros de poesías, pero sólo se conservan unos 650 versos. Los poemas más bellos son los consagrados al amor, pero cantó también la hermosura de la naturaleza y compuso himnos nupciales. Su profundo conocimiento de la música y de la danza le permitió crear ritmos y metros nuevos: la estrofa u oda sáfica (tres endecasílabos y un adónico final de cinco sílabas). Escribió en el dialecto de su isla, y rara vez imitó a sus predecesores sino que se inspiró en el tesoro popular de Lesbos.

10. SÓFOCLES.

Sófocles (c. 496-c. 406 a.C.), uno de los tres grandes dramaturgos de la antigua Atenas, junto con Esquilo y Eurípides.

Sófocles nació en Colono Hípico (hoy parte de Atenas) alrededor del año 496 a.C. Hijo de Sofilo, un acomodado fabricante de armaduras, Sófocles recibió la mejor educación aristocrática tradicional. De joven fue llamado a dirigir el coro de muchachos para celebrar la victoria naval de Salamina en el año 480 a.C. En el 468 a.C., a la edad de 28 años, derrotó a Esquilo, cuya preeminencia como poeta trágico había sido indiscutible hasta entonces, en el curso de un concurso dramático. En el 441 a.C. fue derrotado a su vez por Eurípides en uno de los concursos dramáticos que se celebraban anualmente en Atenas. Sin embargo, a partir del 468 a.C., Sófocles ganó el primer premio en veinte ocasiones, y obtuvo en muchas otras el segundo. Su vida, que concluyó en el año 406 a.C., cuando el escritor contaba casi noventa años, coincidió con el periodo de esplendor de Atenas. Entre sus amigos figuran el historiador Herodoto y el estadista Pericles. Pese a no comprometerse activamente en la vida política y carecer de aspiraciones militares, fue elegido por los atenienses en dos ocasiones para desempeñar una importante función militar.

a) Obras dramáticas:
Sófocles escribió más de cien piezas dramáticas, de las cuales se conservan siete tragedias completas y fragmentos de otras ochenta o noventa. Las siete obras conservadas son Antígona, Edipo Rey, Electra, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes y Edipo en Colono (producida póstumamente en el año 401 a.C.). También se conserva un gran fragmento del drama satírico Los sabuesos, descubierto en un papiro egipcio alrededor del siglo XX. De estas siete tragedias la más antigua es probablemente Áyax (c. 451-444 a.C.). Le siguen Antígona y Las Traquinias (posteriores a 441 a.C.). Edipo Rey y Electra datan del 430 al 415 a.C. Se sabe que Filoctetes fue escrita en el año 409 a.C.
Estas siete tragedias se consideran sobresalientes por la fuerza y la complejidad de su trama y su estilo dramático, y al menos tres de ellas Antígona, Edipo Rey y Edipo en Colono son consideradas unánimemente como obras maestras. Antígona propone uno de los principales temas del autor: el carácter de los protagonistas, las decisiones que toman y las consecuencias, a menudo dolorosas, de estos dictados de la voluntad personal. Antígona relata el rito funerario de su hermano Polinice, muerto en combate al desobedecer el edicto de Creonte, gobernador de Tebas. El entierro del hermano acarrea para Antígona su propia muerte, la muerte de su amante, Hemón, que no es otro que el hijo de Creonte, y la muerte de Eurídice, esposa de Creonte.

Áyax, Filoctetes, Electra y Las Traquinias, repiten, en mayor o menor grado, los temas ya expuestos en Antígona. Edipo Rey, merecidamente famosa por su impecable construcción, su fuerza dramática y su eficaz ironía, fue considerada por Aristóteles en su Poética, como la más representativa, y en muchos aspectos la más perfecta, de las tragedias griegas. La trama gira en torno al héroe mitológico Edipo, que poco a poco descubre la terrible verdad de haber ascendido al cargo de gobernador de Tebas tras haber asesinado involuntariamente a su padre, primero, y casándose con su madre, la reina Yocasta, después. Edipo en Colono describe la reconciliación del ciego y anciano Edipo con su destino, y su sublime y misteriosa muerte en Colono, tras vagar durante años en el exilio, apoyado por el amor de su hija Antígona.

b) Influencia:
Sófocles es considerado hoy por muchos estudiosos como el mayor de los dramaturgos griegos, por haber alcanzado un equilibrio expresivo que está ausente tanto en el pesado simbolismo de Esquilo como en el realismo teórico de Eurípides. Se le atribuyen numerosas aportaciones a la técnica dramática, y dos importantes innovaciones: la introducción de un tercer actor en escena, lo que permite complicar notablemente la trama y realzar el contraste entre los distintos personajes, y la ruptura con la moda de las trilogías, impuesta por Esquilo, que convierte cada obra en una unidad dramática y psicológica independiente, y no en parte de un mito o tema central. Sófocles también transformó el espíritu y la importancia de la tragedia; en lo sucesivo, aunque la religión y la moral siguieron siendo los principales temas dramáticos, la voluntad, las decisiones y el destino de los individuos pasaron a ocupar el centro de interés de la tragedia griega.

11. TEÓCRITO.
Teócrito nació en 310 a.C. y murió en 250 a.C. Autor de poesía pastoril. Se sabe que nació en Siracusa, Sicilia, y que pasó su vida en la isla de Cos, así como en la corte del rey egipcio Tolomeo II, en Alejandría, donde fue miembro de la pléyade de poetas alejandrinos. De su obra se conservan treinta idilios y veinticuatro epigramas breves, si bien ciertos eruditos cuestionan la autoría de algunos de ellos. Diez de los idilios son de tema pastoril. Otros hablan de la vida en la ciudad y de temas mitológicos. Teócrito fue un literato de gran talento, y su estilo es vivo y elegante. Entre otros poetas griegos, fue imitado por Mosco y Bión, aunque su más notable sucesor fue el poeta romano Virgilio, que introdujo en sus Églogas la forma pastoril en la poesía latina.

12. VIRGILIO
Virgilio (70-19 a.C.), poeta romano, autor de La Eneida, obra maestra de la literatura latina. La influencia de Virgilio en escritores europeos de épocas posteriores fue enorme.

a) Vida:
Publio Virgilio Marón nació el 15 de octubre del año 70 a.C., en Andes, un pueblecito próximo a Mantua. Su padre era un humilde campesino. Virgilio estudió en profundidad las literaturas griega y romana, además de retórica y filosofía, en Cremona, Mediolanum (hoy Milán), Roma y Nápoles. Gracias a la protección del político romano Cayo Mecenas, Virgilio se vio libre de preocupaciones económicas y pudo entregarse plenamente al estudio y a la literatura. Pasó la mayor parte de su vida en Nápoles y Nola, y entre sus ámigos más íntimos figuran su protector y mecenas, Octavio, que más tarde se convertiría en el emperador Augusto, y muchos eminentes poetas, como Horacio y Lucio Vario Rufo. En el año 19 a.C. emprendió un viaje por Grecia y Asia, con la intención de revisar su obra maestra, La Eneida, prácticamente terminada para entonces, y dedicar el resto de su vida al estudio de la filosofía. En Atenas, se reunió con Augusto y regresó con él a Italia. Virgilio enfermó antes de embarcar y murió poco después de su llegada a Brindes (hoy Brindisi). En su lecho de muerte, Virgilio ordenó a Augusto que destruyera La Eneida; sin embargo, el poema fue revisado y publicado por Vario Rufo y Plotio Tuca.


b) La Eneida

Virgilio dedicó los últimos once años de su vida a componer La Eneida, una epopeya mitológica en doce libros que relata las peripecias del héroe Eneas durante siete años, desde la caída de Troya hasta su victoria militar en Italia. En esta obra, Virgilio se propone describir su Roma ideal y, en cierto modo, prefigurar los acontecimientos de la historia romana. Eneas huye de Troya con su anciano padre, Anquises, sobre sus hombros y su hijo Ascanio de la mano. Consigue reunir una flota y zarpa con los supervivientes troyanos rumbo a Tracia, Creta, Epiro y Sicilia, antes de ser abordado en las costas de África. Allí, Dido, reina de Cartago, se enamora de Eneas y se suicida tras su partida.

Tras atracar en la desembocadura del río Tíber, en Italia, Eneas da muerte a Turno, rey de los rútulos, en una lucha por conseguir la mano de Lavinia, princesa del Lacio. Según Virgilio, el pueblo romano desciende directamente de Ascanio, fundador de Alba Longa, la ciudad que más tarde se convertiría en Roma.

El estilo de La Eneida y su tratamiento están inspirados en las antiguas epopeyas griegas, La Ilíada y La Odisea de Homero. Virgilio también se inspiró en parte en el poema épico Argonáutica, escrito por el poeta griego del siglo III a.C. Apolonio de Rodas, así como en los Anales del poeta romano Quinto Ennio, que fue el primero en introducir el hexámetro dactílico en la poesía épica latina Virgilio introdujo en La Eneida la musicalidad y la precisión técnica de su métrica de un modo tan sutil que su verso se ha considerado desde entonces como un modelo de perfección literaria.
La Eneida está considerada generalmente como la primera gran epopeya literaria, puesto que La Ilíada posee una gran riqueza artística pero contiene un gran número de recursos ya usados en la poesía oral anterior. La Eneida, a diferencia de La Ilíada, no es una parte heredada de la conciencia nacional, sino más bien un intento deliberado de glorificar a Roma, por encargo de Augusto, cantando el supuesto origen troyano de sus gentes y, en especial, los logros e ideales de Roma bajo su nuevo emperador. Los elementos históricos y augustos son especialmente notorios entre los libros 5-8, la parte central del poema. La Eneida puede considerarse una obra universal, por su estructura ambiciosa, su belleza estilística y su preocupación por las tribulaciones del individuo.

La Eneida fue una obra muy apreciada en su época. Durante la edad media se encontró en ella un sentido filosófico, y Virgilio fue considerado casi un vidente y un mago. Dante realiza un homenaje a Virgilio en la primera parte de la Divina Comedia, convirtiéndole en guía del poeta a través del Infierno y del Purgatorio, hasta llegar a las puertas del Paraíso. Pero fue la devoción de Petrarca por el estilo virgiliano, lo que convirtió a Virgilio en una referencia constante en el humanismo en el renacimiento.

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La Poesia Epica

La Poesía Epica
En literatura un poema épico es un poema narrativo extenso, en estilo majestuoso, que cuenta las aventuras y proezas de un héroe sobrehumano (o de varios héroes) comprometido en una búsqueda peligrosa o en algún empeño serio. El héroe se distingue de los demás hombres por su fuerza y coraje, sólo lo domina su sentido del honor.
La nobleza griega era muy aficionada a escuchar las heroicas hazañas guerreras de sus antepasados, con las que se identificaban. Los poemas épicos que las relataban eran compuestos y transmitidos oralmente por unos poetas itinerantes, llamados aedos o rapsodos.
Los temas fundamentales de estos poemas estaban relacionados con las leyendas de la guerra de Troya: los griegos sitiaron esta ciudad después de que el príncipe troyano Paris raptara a la hermosa Helena, esposa del rey griego Menelao.Tras muchos años de luchas, los griegos consiguieron conquistar la ciudad fingiendo su retirada y ocultándose en un caballo de madera.
Otro tema era las dificultades del regreso de los héroes a sus tierras. En general, la épica se caracterizaba por:
• Repetición de fórmulas y adjetivos.
• Uso abundante de la comparación.
• Minuciosas descripciones.
• La poesía épica del tipo de la Ilíada y de la

Odisea de Homero es la primera forma que conservamos de la literatura griega; los orígenes de esos poemas se han perdido, pero probablemente se remontan a los tiempos micénicos. Existía un corpus de sagas sobre las que el aedo podía atraer la atención del público. Lo que recitaba ( o más bien cantaba con la lira) sería un relato tomado de un corpus de mitos existentes, pero cuyo texto no se había fijado. En gran parte era una improvisación que se hacía para cada momento con la ayuda de elementos de frase estilizados o fórmulas, previamente memorizadas, desarrollados por una larga tradición de aedos.

• La relación entre el antiguo tipo oral de épica narrativa y los poemas homéricos como existen hoy día está poco clara, pero se piensa habitualmente que con la llegada de la escritura alfabética al mundo griego en la segunda mitad del siglo VIII a.C. los poemas homéricos se fijaron por escrito de un modo similar al que presentan hoy día y quizá lo hizo un bardo llamado Homero.
• El Ciclo épico es el nombre que se da a una colección de poemas épicos (excluyendo la Ilíada y la Odisea), de los que sólo subsisten 120 versos, escritos por varios poetas de los siglos VII y VI a.C. Pudieron disponerlos así con el fin de elaborar una narración cronológica que se extendiera desde el principio del mundo hasta la edad heroica. Se conocían bien en los siglos V y IV a.C., pero posteriormente se leían menos (conocemos el contenido de los mismos gracias a Proclo).
• Había un ciclo troyano que completaba la historia de la Guerra de Troya. Los poemas épicos que lo integraban eran : Cipria, Aethiopis, la Pequeña Ilíada, Iliupersis, Nostoi y la Telegonía.
• Había también un ciclo tebano, narración de las leyendas de Tebas, que incluía la Tebaida. Todo esto formaba el repertorio del que los poetas griegos dramáticos y líricos sacaron el argumento para muchas de sus obras.

Los Grandes Poemas Homéricos

La mayoría de los poemas épicos griegos se han perdido, pero se conservan dos extensas obras compuestas por Homero (s.VIII a. C.):
La Ilíada, que narra un episodio de la guerra de Troya (Ilión, en griego). El principal héroe griego, Aquiles, enfrentado con el jefe Agamenón, se retira del combate. Ello favorece en la lucha a los troyanos, pero tras la muerte de su amigo Patroclo, Aquiles regresa y mata al jefe enemigo, Héctor. Los dioses participan activamente en la acción tomando partido por uno u otro bando.
La Odisea, que relata el largo viaje de Ulises (Odiseo, en griego) desde Troya hasta su patria, Ítaca. Gracias a su ingenio consigue superar numerosas aventuras entre seres fantásticos, como sirenas o cíclopes. A su regreso, deberá enfrentarse a varios nobles que pretenden casarse con su esposa Penélope y usurpar la corona.